Al despertar de su letargo se encontró con mil fantasmas que en épocas remotas atormentaron su languido corazón.
Dos veces!-Dijo ella
Y aun vendrán más- suspiró
Dos veces aquellos fantasmas cerceraron su corazón, confinando en su interior las ilusiones que un día imperaron su vida antes de reencontrarse con aquello que siempre temio.
Todos los sueños que vivió, todas las ilusiones que experimentó, ahora sólo eran parte de recuerdos malheridos.
La hecatombe del final de un amor no se iba a frenar, seguia su curso, ni el viento, ni la lluvia detendría su fervoroso paso.
Su alma se endurecia por el dulce efecto de aquel veneno ponzoñoso que una vez saboreo como el más glorioso manjar.
Ahora temia amar, ahora temia no dejar de amar, una lucha de contrarios gorvernaba lo que era hoy su corazón.
Muchos temores invadian un cuerpo ya casi vacio repleto de parásitos que carcomian su interior en forma de recuerdos de un pasado anterior.Sus impetuosas ganas de superar todo aquello que hoy la atormentaba le hicieron comprender que una sonrisa podría llegar a amainar hasta al más insulso corazón.
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