jueves, 17 de febrero de 2011

Ego sum lux mundi


Hace una eternidad, dos Ave Fénix coincidieron en el Templo de Isis en Egipto, donde desde siempre estos seres maravillosos acuden al final de su vida para morir ardiendo y renacer de nuevo de sus cenizas. Mientras el pelaje del primero irradiaba una fulgurante luminosidad, el del segundo apenas expedía pequeñas llamas de fuego en algunas zonas de su cuerpo, como si la vida se hubiese cebado con él. Ante el mal aspecto del animal, el Fénix radiante saludó a este con orgullo insigne:

-Bienvenido seas amigo. Hermosos son los ojos del hermoso, pues capaces son de convertir lo vulgar en bello por la gracia de la compasión.

-No te compadezcas de mí, hermano, pues hoy moriré con el fin de renacer de mis cenizas ante los ojos de la Diosa.

-Vaya osadía la tuya, presentarte ante la Diosa con el aspecto de un pordiosero, claro está que ella no se prestará a recibirte. Sólo los grandes Fénix tienen el orgullo y la valía de arribar en este templo, tan radiantes como el primer día que las llamas de su fuego los engendraron.

-Sólo son miserias lo que salen de tu boca, pero eres libre de vivir equivocado.

-¿Equivocado? Desde que nací en Alejandría, no ha pasado ni un sólo día en el que no exponga mis plumas al sol, recibiendo de este la luminosidad que sólo los Ave Fénix poseemos, símbolo de nuestra nobleza, porte y poderío. Por algo fuimos los únicos seres de la Creación que no sucumbimos ante la tentación, no mereces ser de los nuestros si osas presentarte como un pordiosero ante la cuna de nuestra estirpe.

-Quinientos son los años que han pasado desde la última vez que renací, ni los humanos tienen un término para designar este corto lapso de tiempo, ni nosotros entederemos jamás qué entienden ellos por tiempo. Mis cansados ojos han visto doscientos amaneceres desde la montaña más alta de la Tierra, mis alas han cortado cuatrocientos vientos diferentes en cada uno de los cinco continentes, he presenciado el nacimiento de civilizaciones ya extinguidas y mi corazón ha temblado ante dos mil guerras y cuarenta historias de amor. ¿Y aún te atreves a llamarme pordiosero?

-Por supuesto, yo también he vivido quinientos años, pero mi cuerpo está entero. ¿Para qué tanta deriva si el resultado es arribar moribundo y con el cuerpo hecho trizas ante la Diosa de los Dioses? Eso es malvivir.

-Eso es vivir, lo importante no es cómo. Mi cuerpo está tan hecho trizas como tu espítiru.

-¡Estas hablando con el animal sagrado de la Ciudad de Alejandría! ¡Represento la grandeza de toda una civilización desde tiempos inmemoriables y no permitiré que un pordiosero se dirija así ante mi persona!

-Tres veces me has llamado pordiosero y tres veces has demostrado ser una sombra en la penumbra. Crees ser mejor que yo por haber vivido quinientos años encerrado en tí mismo, incapaz de ver más allá de una ciudad representada por un candil sin fuego. Cada una de las pequeñas llamas que a duras penas alumbran mi pelaje, irradian mucha más luz que esa portentosa hecatombe de vivos colores que falsamente tiñe tu cuerpo de luz.

-Soy mil veces más bello que tú, jamás ningún hombre o dios osó arrancarme ni una miserable pluma.

-Ahora soy yo el que se compadece de ti. Eres un muerto en vida que siempre ha vivido para morir, dorando día a día tu cuerpo al sol con el fin de tenerlo impecable el día de tu muerte, morirás sin estrenar. Te regalaron la vida y no has sabido disfrutarla, desgastarla y sacarle partido. Quizás mi belleza no es tan sublime como la tuya, pero es porque la perdí por el camino. Porque día a día avanzo en la vida, a menudo me equivoco y muero, pero siempre renazco de mis cenizas y entonces no me entristezco por el dolor de la caída, sino que aprendo de ella y me hago más fuerte, orgulloso de caer porque es señal clara de que sigo vivo.

-¡Cállate! ¡Tus palabras abruman mi mente! Sólo es posible renacer una vez, no día a día, eso es una estupidez.

-Veo que esta es la primera vez que intentas renacer, ahora entiendo tu ignorancia. Lo importante no es cómo llegues a tu lecho de muerte, sino cuánto has sabido aprovechar tu lecho de vida. Al fin y al cabo, tanto tú como yo volveremos a renacer tan luminosos como hace quinientos años, pero sólo el que haya demostrado valorar su vida tendrá el permiso de la Diosa para regresar a la vida.

Entonces el orgulloso Fénix lo comprendió todo, la consternación recorrió todo su ser y su falso espíritu fortalecido se hizo trizas, comprendiendo que ya nunca volvería a renacer. La diosa Isis hizo arder a ambos Fénix en sendas hogueras luminosas que consumieron sus cuerpos y, de las cenizas iluminadas por el sol de los faraones, renacieron dos nuevos seres igual de bellos. Sin entender nada, el primer Fénix se sorprendió de seguir con vida:

-Pero ¿no dijiste que sólo aquellos que valoran su vida son dignos de renacer?

-Bienvenido seas amigo. Hermosos son los ojos del hermoso, pues capaces son de convertir lo vulgar en bello por la gracia de la compasión.

Ego sum lux mundi


Hace una eternidad, dos Ave Fénix coincidieron en el Templo de Isis en Egipto, donde desde siempre estos seres maravillosos acuden al final de su vida para morir ardiendo y renacer de nuevo de sus cenizas. Mientras el pelaje del primero irradiaba una fulgurante luminosidad, el del segundo apenas expedía pequeñas llamas de fuego en algunas zonas de su cuerpo, como si la vida se hubiese cebado con él. Ante el mal aspecto del animal, el Fénix radiante saludó a este con orgullo insigne:
-Bienvenido seas amigo. Hermosos son los ojos del hermoso, pues capaces son de convertir lo vulgar en bello por la gracia de la compasión.
-No te compadezcas de mí, hermano, pues hoy moriré con el fin de renacer de mis cenizas ante los ojos de la Diosa.
-Vaya osadía la tuya, presentarte ante la Diosa con el aspecto de un pordiosero, claro está que ella no se prestará a recibirte. Sólo los grandes Fénix tienen el orgullo y la valía de arribar en este templo, tan radiantes como el primer día que las llamas de su fuego los engendraron.
-Sólo son miserias lo que salen de tu boca, pero eres libre de vivir equivocado.
-¿Equivocado? Desde que nací en Alejandría, no ha pasado ni un sólo día en el que no exponga mis plumas al sol, recibiendo de este la luminosidad que sólo los Ave Fénix poseemos, símbolo de nuestra nobleza, porte y poderío. Por algo fuimos los únicos seres de la Creación que no sucumbimos ante la tentación, no mereces ser de los nuestros si osas presentarte como un pordiosero ante la cuna de nuestra estirpe.
-Quinientos son los años que han pasado desde la última vez que renací, ni los humanos tienen un término para designar este corto lapso de tiempo, ni nosotros entederemos jamás qué entienden ellos por tiempo. Mis cansados ojos han visto doscientos amaneceres desde la montaña más alta de la Tierra, mis alas han cortado cuatrocientos vientos diferentes en cada uno de los cinco continentes, he presenciado el nacimiento de civilizaciones ya extinguidas y mi corazón ha temblado ante dos mil guerras y cuarenta historias de amor. ¿Y aún te atreves a llamarme pordiosero?
-Por supuesto, yo también he vivido quinientos años, pero mi cuerpo está entero. ¿Para qué tanta deriva si el resultado es arribar moribundo y con el cuerpo hecho trizas ante la Diosa de los Dioses? Eso es malvivir.
-Eso es vivir, lo importante no es cómo. Mi cuerpo está tan hecho trizas como tu espítiru.
-¡Estas hablando con el animal sagrado de la Ciudad de Alejandría! ¡Represento la grandeza de toda una civilización desde tiempos inmemoriables y no permitiré que un pordiosero se dirija así ante mi persona!
-Tres veces me has llamado pordiosero y tres veces has demostrado ser una sombra en la penumbra. Crees ser mejor que yo por haber vivido quinientos años encerrado en tí mismo, incapaz de ver más allá de una ciudad representada por un candil sin fuego. Cada una de las pequeñas llamas que a duras penas alumbran mi pelaje, irradian mucha más luz que esa portentosa hecatombe de vivos colores que falsamente tiñe tu cuerpo de luz.
-Soy mil veces más bello que tú, jamás ningún hombre o dios osó arrancarme ni una miserable pluma.
-Ahora soy yo el que se compadece de ti. Eres un muerto en vida que siempre ha vivido para morir, dorando día a día tu cuerpo al sol con el fin de tenerlo impecable el día de tu muerte, morirás sin estrenar. Te regalaron la vida y no has sabido disfrutarla, desgastarla y sacarle partido. Quizás mi belleza no es tan sublime como la tuya, pero es porque la perdí por el camino. Porque día a día avanzo en la vida, a menudo me equivoco y muero, pero siempre renazco de mis cenizas y entonces no me entristezco por el dolor de la caída, sino que aprendo de ella y me hago más fuerte, orgulloso de caer porque es señal clara de que sigo vivo.
-¡Cállate! ¡Tus palabras abruman mi mente! Sólo es posible renacer una vez, no día a día, eso es una estupidez.
-Veo que esta es la primera vez que intentas renacer, ahora entiendo tu ignorancia. Lo importante no es cómo llegues a tu lecho de muerte, sino cuánto has sabido aprovechar tu lecho de vida. Al fin y al cabo, tanto tú como yo volveremos a renacer tan luminosos como hace quinientos años, pero sólo el que haya demostrado valorar su vida tendrá el permiso de la Diosa para regresar a la vida.
Entonces el orgulloso Fénix lo comprendió todo, la consternación recorrió todo su ser y su falso espíritu fortalecido se hizo trizas, comprendiendo que ya nunca volvería a renacer. La diosa Isis hizo arder a ambos Fénix en sendas hogueras luminosas que consumieron sus cuerpos y, de las cenizas iluminadas por el sol de los faraones, renacieron dos nuevos seres igual de bellos. Sin entender nada, el primer Fénix se sorprendió de seguir con vida:
-Pero ¿no dijiste que sólo aquellos que valoran su vida son dignos de renacer?
-Bienvenido seas amigo. Hermosos son los ojos del hermoso, pues capaces son de convertir lo vulgar en bello por la gracia de la compasión.

lunes, 15 de noviembre de 2010

¿Qué buscas?- Preguntó Watson a Sherlock


Busco lo que nadie más busca.
Busco algo perdido en la inmensidad de la bóveda celeste.
Busco el más ínfimo y primogénito grano de arena del mar.
Busco la estrella más alejada del universo.
Busco la sonrisa de un niño cuando llora.
Busco el color rojo de las rosas marchitas.
Busco el sentido del sin sentido.
Busco el ego del alterego.
Busco lo que nadie ha perdido.
Busco la forma de explicar porque somos como somos.
Busco a ese conejo Blanco que huye y se deja coger.
Busco el hechizo perfecto para la felicidad.
Busco a la luna cuando aun es de día.
Busco la libertad del que es preso de si mismo.
Busco soñar despierto cuando estoy dormido.
.
.
Busco, tan sólo busco algo que aun no sé que es pero que me siento obligado a indagar hasta que no me quede ni un ápice de aliento en mi cuerpo mortal.

ME BUSCO...


attm: ESTEBAN ( Un Sherlock en vías de resolver un misterio. )

martes, 28 de septiembre de 2010

El vuelo de un deseo...


Otra noche mi mirada se pierde entre el oscuro manto celestial en busca de una vulnerable estrella capaz de iluminar los senderos de las almas soñadoras. Allí, arriba donde lo grande es pequeño y lo pequeño se hace espectacular, naufrago entre polvos de estrella y rayos lunares con la única intensión de sentir el maravilloso candor de esos cuerpos muertos capaces de irradiar la más espectacular magia.

Mis palabras se deslizan entre la sombra que lleva Nix entre sus ojos. Mis deseos agudizan su intento exasperado de llegar a lo más alto y descender en forma de estrella fugaz con el anhelo de ser vistos por la reina de la noche, Selene. Mis palabras enmudecen, mis ojos brillan, mi alegría augmenta. Todo un espectáculo divino hace eco entre la vaporosa luz de ese rasguño de luna.

Sólo observo, anhelo y deseo. Escúchame. Quiero que mis deseos aterricen entre sus cráteres y se conviertan en el polvo de los sueños de poetas que ya yacen depositados entre sus ojos para que su luz nunca apague el querer febril de los ínfimos seres humanos.

Escúchame. Entiéndeme. Ayúdame.


martes, 14 de septiembre de 2010

Ego vs Alterego




Déjame solo conmigo,
con el íntimo enemigo
que malvive de pensión
en mi corazón.
El receloso, el fugitivo,
el más oscuro de los dos,
el pariente pobre de la duda,
el que nunca se desnuda
si no me desnudo yo,
el caprichoso,
el orgulloso,
el otro, el cómplice, el traidor.
A tí te estoy hablando, a tí
que nunca sigues mis consejos,
a tí te estoy gritando, a tí
que estás metido en mi pellejo,
a tí que estas llorando ahí,
al otro lado del espejo.
A tí, que no te debo
más que el empujón que anoche
me llevó a escribir esta canción.




attm: ESTEBAN ( Al otro lado del espejo... )

viernes, 3 de septiembre de 2010

Y el rojo otoño hace acto de presencia...


Huelo el aroma que desprende su implacable paso entre el ambiente. Su roja cabellera empezará a teñir suavemente las copas de los árboles haciendo que cada hoja de estos entone su réquiem antes de caer a la húmeda tierra. Una vez allí crujirán de dolor y alegría por pertenecer una vez más a la madre tierra.

El viento hará eco del canto de los grillos y su tímido e incesante marcha hace que los maravillados sentidos del poeta se deleiten como si del mejor poema jamás recitado se tratase.

Las grisaseas nubes volverán a cubrir el manto celeste con ansias de descargar su feroz llanto bautizando la estéril Gea con las más pura de sus gotas.

Me gusta el otoño y sus cálidos ojos mientras su fría caricia recorre mi piel.

La melancolía que desprenden las hojas sobre el viento que las roza se depositan en la febril mirada del preso que ansia su libertad.

El regreso de la madre otoño no dejará impune ni al más valiente corazón.


http://www.youtube.com/watch?v=HE3ld86Oh7U&feature=related

Bonita canción, señor Serrat.


attm: ESTEBAN ( detrás de los cristales de una habitación de color otoñal...)

miércoles, 18 de agosto de 2010

El absurdo, el sin sentido...


Hoy es uno de esos días en los cuales quiero cantar mi sonata más poética al sin sentido, a todo aquello que no es pero es. A la duda y a su carencia de respuesta. A esa gota de agua que nunca caerá sobre la verde hierva de los campos Elíseos. En definitiva, a todo aquello blanco con su toque negro.

La mejor sonrisa de un niño agobiado por el llanto. Las ganas de sexo de una persona asexuada. Del 10 del estudiante vago. Del color rojo de zafiro. Del calor que desprenden los témpanos de hielo de los polos. De la mirada siempre atenta de un topo. Del sentir de una piedra. De esa canción de película muda que ve un sordo atentamente expectante a captar la más minúscula onda sonora. De ese brillo en el ojo ciego de una aguja.

Simplemente tengo ganas de escuchar la melódica voz del silencio una noche de luna llena. Aquella luna siempre perpleja por los rayos que le otorga la ínfima estrella ahora muerta y a la espera de convertirse en una supernova. Simplemente quiero besar esos labios del marine que está lejos de casa. Oler la dulce fragancia del cristal de bohemia. De ver esos ojos azules inyectados con la mayor dosis de felicidad.

Simplemente quiero gritarle al universo lo absurdo que es todo lo que rodea al infinito e insultar al sin sentido por el sentido que le da a este pequeño mundo en el cual vivimos.

Hoy es uno de esos días en los que no le doy sentido al sin sentido y le encuentro sentido al absurdo.

¿Dos y uno, uno y dos y lo absurdo?

No le encuentro sentido a este escrito pero he ahí la cuestión...

martes, 3 de agosto de 2010

¿Avatar?¿Pitufos?¿Doraemón? Pobres infelices..jajaja


Quién dijo que no se puede ser mejor que los de Avatar? Já!! Pues ved aquí a alguien mejor que los de Avatar :D


Puntualización: Este es mi primera actualización CHORRA. Espero que no se repita.

lunes, 2 de agosto de 2010

Y en el pomposo cielo ya se divisaba...


Ver más allá de lo que nuestros ojos nos dejan ver es lo que la mayoría de adultos perdemos en este transito que es la vida.

Ella, inocente como ninguna podía ver en el cielo lo que más deseaba y yo como ella aun sigo en mi búsqueda de lo que más deseo.

El conejo blanco. El deseado por Alicia, el ansiado por los cazadores, el amor de Bugs bunny, el amor platónico de mil soñadores.

No mires con los ojos, mira con el corazón decía aquella figura dibujada perfectamente en el pomposo cúmulo de nubes. Sólo pocas personas pueden ver lo que quieren ver y tú eres uno de los afortunados en verme repitió el conejo...

Lagrimas de oníricos soñadores se evaporaron llegando a formar cada una de las partes de aquel conejo tan bien dibujado como de cual dibujo hecho por un pequeño niño se tratase.

La nube repetía una y otra vez: "Mira con el corazón y no con los ojos" a parte de: "Tengo prisa, tengo prisa, tengo prisa"

Aun recuerdo aquel momento y sus pequeños ojos color celeste.


FOTO: Desde entonces te sigo viendo y deseando tocar...





( Ya no es lo mismo desde que crezco...)

domingo, 1 de agosto de 2010

¿Quién eres?-Preguntó el poeta a la luna...


Navegando por el insondable cielo, el poeta escribía su más bella sonata. Aquellas nubes abarcaban el horizonte mientras se perdían entre las montañas. Él, lápiz en mano y cigarro consumido lloraba por su amada.
El pálido reflejo de ese viejo sueño se hacía presente en aquel cristalino lago. El cigarro se consumía y sus ansias de escribir aumentaban. El humo, el rocío, las estrellas y el papel eran sus fieles compañeros...hasta que de la oscuridad salió ella. Esa luz le cegaba. Los grillos, cantando a unisono despedían el silencio conviertiendo la frondosa hierva en el escenario de su sonata.

Aquella radiante luz le preguntaba.

-¿Por qué sigues aquí?

Su mirada perdida buscaba entre las sombras de los árboles el ser que le cuestionaba. Carente de visión, respondió.

-¿Quién eres tú, pálida luz?

Aquella pregunta retumbó entre las estrellas y al instante se escucho de nuevo esa dulce voz mientras el humo de su cigarro se dispersaba por el lugar.

-Soy quien te vigila desde lo alto...Siento tu dolor, siento tus alegrías...

Sus ojos brillaron y, ataviados de melancolía suscitaron una lágrima. Perdido, feliz y triste dijo:

- Nunca me abandones, nunca me dejes.

La luna...con voz serena exclamó.

-Sonríe!

Una pequeña sonrisa salió de aquello labios ligeramente apretados...

El frío, la luna, él y su cigarro se perdieron entre las estrellas.

miércoles, 28 de julio de 2010

Cabaret..


Sacad a relucir vuestros vestidos de lentejuelas.
Alzad la mirada. El telón ya está arriba.
Tacones, plumas, bastones, mayas y bombines se apoderan del ambiente.
La función está a punto de comenzar.
Sentaos y tan sólo dejad que la música os transporte a lugares inimaginables.
Y ahora callad, ahora tan sólo escuchad.

"¿Para tí qué es el Amor?" -preguntó el filósofo al poeta.






Convertir lo cotidiano en otra macedonia de manzana. Susurrar cosas intangibles en la esencia de tus oídos. Responder a las preguntas de las miradas con las respuestas de las sonrisas. Recorrer con mi dedo tu espalda, escribírtelo todo.

Mesar tu cabello de miel deslizándose en mis dedos de caramelo. Hacer el amor usando el lenguaje de las tertulias. Mullir dos labios de cereza ante cuatro ojos cerrados. Ser omniscientes al calor de los abrazos...

Ignorar, dudar, temblar... sentir.

Nada de esto sirve para explicarlo...

domingo, 25 de julio de 2010

Queda prohibido...




Queda prohibido llorar sin aprender,

levantarte un día sin saber que hacer,

tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,

no luchar por lo que quieres,

abandonarlo todo por miedo,

no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,

hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos,

no intentar comprender lo que vivieron juntos,

llamarles solo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente,

fingir ante las personas que no te importan,

hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,

olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,

tener miedo a la vida y a sus compromisos,

no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin

alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,

todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,

olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,

pensar que sus vidas valen mas que la tuya,

no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,

no tener un momento para la gente que te necesita,

no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,

no vivir tu vida con una actitud positiva,

no pensar en que podemos ser mejores,

no sentir que sin ti este mundo no sería igual.



lunes, 19 de julio de 2010

El viejo color platino...


El dibujar de las notas musicales en la inmensidad del ambiente se evaporaban tras el paso de la luna. Aquellas notas de los viejos recuerdo inundaban el aterido y febril corazón de aquel poeta marchito por el paso del tiempo.
Sus poemas, sus sueños sólo eran la hojarasca color ocre que los árboles de su memoria desprendían bajo la atenta mirada del dios Tiempo. La ponzoñosa mirada de un futuro no escrito le conferían el beneplácito de la corroída duda.

Su vida ahora eran sus poemas,sus miradas al más grandilocuente vacío. Aquel hombre vestido de blanco vagaba sin rumbo alguno por aquel boulevar de sueños rotos.

Sus viejas amigas las Musas lo observaban desde lo alto del Olímpo saboreando el dulce aroma del tan viejo pero joven hombre que una vez fue capaz de cautivar hasta el más rocoso corazón en busca de un ápice del maravilloso manjar del cual se alimenta el corazón, aquella felicidad que una vez palpó con las manos de la inocencia se iba diluyendo en la penumbra que reflejaba la llegada de la dama blanca.

Su aliento poco a poco se iba apagando como una pequeña y tímida llama de una vela que al consumirse queda el despojo de lo que una vez fue y no llegó a ser. Todo un camino recorrido, todos sus sueños ya cumplidos ahora eran pasto de la tan temida y aclamada muerte.

Una vez pasado el lindar de la vida a la muerte, una valerosa sonrisa se dibujo en su pálido rostro desprendiendo destellos de tranquilidad.