miércoles, 18 de agosto de 2010

El absurdo, el sin sentido...


Hoy es uno de esos días en los cuales quiero cantar mi sonata más poética al sin sentido, a todo aquello que no es pero es. A la duda y a su carencia de respuesta. A esa gota de agua que nunca caerá sobre la verde hierva de los campos Elíseos. En definitiva, a todo aquello blanco con su toque negro.

La mejor sonrisa de un niño agobiado por el llanto. Las ganas de sexo de una persona asexuada. Del 10 del estudiante vago. Del color rojo de zafiro. Del calor que desprenden los témpanos de hielo de los polos. De la mirada siempre atenta de un topo. Del sentir de una piedra. De esa canción de película muda que ve un sordo atentamente expectante a captar la más minúscula onda sonora. De ese brillo en el ojo ciego de una aguja.

Simplemente tengo ganas de escuchar la melódica voz del silencio una noche de luna llena. Aquella luna siempre perpleja por los rayos que le otorga la ínfima estrella ahora muerta y a la espera de convertirse en una supernova. Simplemente quiero besar esos labios del marine que está lejos de casa. Oler la dulce fragancia del cristal de bohemia. De ver esos ojos azules inyectados con la mayor dosis de felicidad.

Simplemente quiero gritarle al universo lo absurdo que es todo lo que rodea al infinito e insultar al sin sentido por el sentido que le da a este pequeño mundo en el cual vivimos.

Hoy es uno de esos días en los que no le doy sentido al sin sentido y le encuentro sentido al absurdo.

¿Dos y uno, uno y dos y lo absurdo?

No le encuentro sentido a este escrito pero he ahí la cuestión...

1 comentario:

  1. Hola,

    Ha sido fascinante, de verdad, me has hechizado de principio a fin del texto, :)

    Un saludo.

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