domingo, 1 de agosto de 2010

¿Quién eres?-Preguntó el poeta a la luna...


Navegando por el insondable cielo, el poeta escribía su más bella sonata. Aquellas nubes abarcaban el horizonte mientras se perdían entre las montañas. Él, lápiz en mano y cigarro consumido lloraba por su amada.
El pálido reflejo de ese viejo sueño se hacía presente en aquel cristalino lago. El cigarro se consumía y sus ansias de escribir aumentaban. El humo, el rocío, las estrellas y el papel eran sus fieles compañeros...hasta que de la oscuridad salió ella. Esa luz le cegaba. Los grillos, cantando a unisono despedían el silencio conviertiendo la frondosa hierva en el escenario de su sonata.

Aquella radiante luz le preguntaba.

-¿Por qué sigues aquí?

Su mirada perdida buscaba entre las sombras de los árboles el ser que le cuestionaba. Carente de visión, respondió.

-¿Quién eres tú, pálida luz?

Aquella pregunta retumbó entre las estrellas y al instante se escucho de nuevo esa dulce voz mientras el humo de su cigarro se dispersaba por el lugar.

-Soy quien te vigila desde lo alto...Siento tu dolor, siento tus alegrías...

Sus ojos brillaron y, ataviados de melancolía suscitaron una lágrima. Perdido, feliz y triste dijo:

- Nunca me abandones, nunca me dejes.

La luna...con voz serena exclamó.

-Sonríe!

Una pequeña sonrisa salió de aquello labios ligeramente apretados...

El frío, la luna, él y su cigarro se perdieron entre las estrellas.

2 comentarios:

  1. Muy bonito!

    Me ha gustado lo de "sonríe" haciendo referencia a la forma de la luna.

    Alex

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  2. La lluvia de afuera se fusiona con tus palabras creando un ambiente estético y relajante, tan cómodo que podría pasarme toda la tarde leyéndote así parara de llover.

    Sólo me hace falta una taza de café para regular el frío y seré feliz.

    Me encanta tu blog.

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