sábado, 3 de julio de 2010

Brujas con tacón de aguja...

Gritos, risas y conjuros predominaban en la noche.
Las hijas de Satán se congregaban en aquel corroído y centenario árbol a la espera de que la verde luz de aquel demonio se hiciese corpórea. Sus risas, agudas como el crujir del viento entre los frondosos pinos se calaba en las aguas de aquel viejo riachuelo.

Soporíferas miradas luchaban entre el rojo fuego de sus extasiados ojos mientras suplicaban al cielo la lluvia y el trueno. Sus venenosas lenguas saboreaban el dulce sabor de la luna mientras oteaban canciones entre grito y grito.
Calderos impregnados de la más vita sangre chorreaban por sus bordes empapando la estéril hierva que rondaba allí cerca.

¡Éxtasis!

Bendito aquelarre sediento de mágico poder invadía el sueño de los habitantes del pueblo. Cual Parcas tejiendo el hilo de la vida y la muerte se regocijaban brindando en su honor el cáliz de su victoria.

¡Brujas! ¡Brujas!

Ni Macbeth pudo cambiar el destino que las tres brujas habían augurado en su taciturna reunión...El poder del tan temido destino urdió su maquiavélico desterrando a la tierra de los muertos los deseos de reinar.


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