sábado, 16 de mayo de 2009

En lo más profundo de Caina un corazón late sin control



Sus ojos que siempre vieron maldad

Enmudecieron al ver su imagen.

Su piel ya casi calcinada por los fuegos del infierno

se fue curando suavemente mientras sentía su olor

Los sueños que nunca tuvo florecieron,

dando paso así a querer cumplir todo cuanto

los humanos que eran condenados a arder

en la tierra de Dite le habían contado del amor.

Él, que nunca había soñado, soñó.

Él, que nunca había amado, amó.

Él, que nunca había llorado, lloró.

Pero de repente se detuvo y pensó que desde ese infierno aquel ángel nunca se fijaría en él y de este modo nunca alcanzaría a su amor.


Su único anhelo era poder ser como aquel

ángel lo cual lo llevo a ascender a la tierra

y mezclarse entre los humanos con el fin de

adquirir un alma y envejecer hasta la hora

de su muerte, así, solo así quizás podría expiar

su pasado y forjarse un futuro en manos de

aquel que tanto amaba.

No importaba el tiempo, no importaban

las lágrimas que derramase por el camino

ni cuan desesperado llegase a estar, solo tenia

que llegar hasta él.

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